GOURMANDISES Y CAFÉ BAR RELÁMPAGO
La céntrica y comercial calle de Preciados debe su nombre al apellido de dos hermanos que en ella establecieron sus casas y negocio. Los Preciado, con oficio de almotacén (empleado público que contrastaba pesas y medidas), cumplían tan magníficamente con su cometido que en su tiempo hubo la mayor exactitud en las medidas de los diferentes artículos que se expedían en el mercado.
Fuente: memoriademadrid.es (1906)
Fotografía estereoscópica de la calle de Preciados engalanada. A la izquierda se ve la fachada del número 9.
Muchos han sido los comercios que se han instalado en la calle de Preciados a lo largo del tiempo entremezclados, como no, con otros negocios dedicados a la restauración. Tal es el caso de la pastelería, confitería y repostería Gourmandises y del Café Bar Relámpago.
Antonio Casanova y Virgilio Muñoz fueron los socios que inauguraron Gourmandises, el día 17 de noviembre de 1914, en el número 9 de la calle de Preciados. La fachada y el interior de esta espaciosa y espléndida confitería estaban decorados con sencillez y elegancia. En sus magníficos escaparates se exponían los más distinguidos regalos para las celebraciones de la gente más refinada de Madrid, además de toda clase de dulces, bombones, pasteles, postres o caprichosas cajas de mazapán. En la fiesta de los Reyes Magos los roscones a la venta podían esconder monedas de oro y de plata, entre otras sorpresas.
Fuente: hemerotecadigital.bne.es (1915) Gourmandises obsequiaba con monedas de oro y plata en los roscones. |
El local tenía un lindísimo saloncito, coquetamente amueblado, para que el público pudiera hacer sus consumiciones con toda comodidad. En él se podían degustar, a parte de los dulces, café, té, chocolate y bebidas espirituosas.
Antonio Casanova, uno de los dueños de Gourmandises, inauguró junto a esta selecta pastelería el Café Bar Relámpago, en el año 1916.
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Fuente: hemerotecadigital.bne.es (1927) Cafe Bar Relámpago |
Quizá, por los elevados precios de su vecino, el nuevo negocio se planteó para una clientela menos aristocrática y más plebeya. Así, café, licores y cervezas de la mejor calidad, mariscos y fiambres tuvieron precios compatibles con la economía de uso común, viéndose muy favorecido por el público.
Tras el fallecimiento de Casanova el Café Bar Relámpago fue adquirido por un nuevo dueño. Cesar Tato Fernández inauguró su recién adquirido negocio el día 19 de marzo de 1932, en la madrileña calle de Preciados. Tato mantuvo la fachada y el interior del local con misma decoración, sencilla y confortable, con la que el café había sido inaugurado a principios del año 1916.
Fuente: hemerotecadigital.bne.es (1935) |
La Guerra Civil Española (1936-1939) y los múltiples bombardeos sobre Madrid devastaron la calle de Preciados, ocasionando múltiples pérdidas de vidas humanas y la destrucción de gran parte de sus edificios. Uno de ellos sería el correspondiente al número 9, donde se situaron Gourmandises y el Café Bar Relámpago.
Fuente: pares.mcu.es (1936) El edificio número 9 de la calle de Preciados tras uno de los bombardeos de Madrid. En el piso bajo se aprecia el cartel y fachada del Café Bar Relámpago. |
Tras los repetidos ataques los vecinos de la calle, que se refugiaban en los sótanos de los establecimientos o en la cercana estación del Metro de la Puerta del Sol, salían para comprobar el estado de los desperfectos.
Fuente: pares.mcu.es (1936)
La calle de Preciados y a la derecha el edificio número 9, prácticamente demolido.
Fuentes:
hemerotecadigital.bne.es
pares.mcu.es
prensahistorica.mcu.es
“Las calles de Madrid” Hilario Peñasco de la Puente
“Madrid sufrido y heroico” Rosario González Truchado
Que terribles fotos las de la guerra y que tragedia la de noviembre.
ResponderEliminarSon acontecimientos que aún sobrecogen, no importa el tiempo que ha pasado.
EliminarGracias por tu comentario, Conde.