BAR REGIO Y RESTAURANTE AMAYA, EN LA CARRERA DE SAN JERÓNIMO

Cuando una vía pública lleva el nombre genérico de carrera significa que esa calle sirvió de camino para llegar a un punto concreto. Así encontramos designada la carrera de San Jerónimo de Madrid, que desde el siglo XVI se convertiría en la ruta elegida para unir el centro de la ciudad con la iglesia de San Jerónimo el Real.


Fuente: bdh.bne.es  Hauser y Menet (1891)
Carrera de San Jerónimo con San Jerónimo el Real, al fondo. 


Muchos conventos y palacios fueron edificados en esta carrera a lo largo de los tiempos; también botillerías como la de Canosa, posadas como La Fontana de Oro o el famoso Lhardy. Los negocios de restauración se modernizaron con el paso de los años y al gusto de las nuevas clientelas se abrirían modernos cafés y restaurantes, dotados de mayor confort y elegancia que sus antecesores.

Inaugurado el día 22 de septiembre de 1922, el Café Bar Regio abrió sus puertas en los entonces números 7 y 9 (hoy nº 5) de la carrera de San Jerónimo de Madrid.


Fuente: simurg.csic.es / Luis LLadó (1933)
El Café Bar Regio, en el centro de la fotografía.


El Regio fue propiedad de Eduardo Arenal, que también sería dueño de los cafés Ideal (calle de San Bernardo) y de Zaragoza (plaza de Antón Martín), así como del bar ¡Alegría! situado en Atocha.

 

Fuente: hemerotecadigital.bne.es (1922)
Inauguración del Café Bar Regio, el día 15/09/1922

Una elegante fachada de mármol, tres grandes ventanales con vidrieras en su parte superior y una puerta de dos hojas, acompañada por dos grandes faroles, daban acceso al amplio local del Regio cuyo ambiente era lujoso y confortable. Todos los detalles de su decoración corrieron a cargo de Ismael Guarner, afamado constructor de mesas de billar, ebanista y tapicero que no sólo realizó el proyecto sino también fabricó el mobiliario y los aparatos eléctricos de este café. Un impresionante artesonado en el mostrador, techo y columnas del local se combinaba con todas las ventajas de la modernidad que la clase media madrileña necesitaba.

El nuevo café se instaló en lo que, con anterioridad, había sido un célebre almacén de alfombras. Su antiguo propietario Joaquín Menchero, conocido en todo Madrid por el sobrenombre de “el Alfombrista”, había cobrado por él la cuantiosa suma 190.000 pesetas al traspasarlo, convirtiendo esta transmisión de local en una de las más costosas que se habían pagado en la ciudad.

Regio, además de ofertar un café superior, cerveza bien tirada, mariscos muy frescos y licores de las mejores marcas también era un café musical. Quintetos como “Las Porteñas”, afamada orquesta de señoritas, actuarían en este local durante diez meses con gran éxito de público.

Otra de las singularidades del Café Bar Regio fue la instalación de un novedoso teléfono de uso público en su interior. El servicio era de pago por adelantado mediante la compra de una ficha que costaba treinta céntimos de peseta, lo que permitía al usuario hablar durante tres minutos. Las llamadas se realizaban por medio de una operadora, que controlaba su duración y el precio según el destino del número con el que se deseaba contactar. Si el cliente necesitaba alargar su conversación debía introducir las fichas necesarias dentro del aparato telefónico. Desde esta estación de pago se podían realizar llamadas a toda España, Alemania, Bélgica, Inglaterra, Francia, Suiza, Portugal y Países Bajos.


Fuente: historiatelefonia.com
Teléfono de uso público instalado en el Café Bar Regio.


A escasos metros de distancia y en el mismo edificio del Café Bar Regio, el sábado 31 de enero de 1931 vino a inaugurarse el Restaurante Amaya.


Fuente: simurg.csic.es (1933) /Luis Lladó
Instalado en el entresuelo del edificio aparece el Restaurante Amaya.


El suntuoso restaurant vasco, situado en el entresuelo de los números 5, 7 y 9 (hoy nº 5) de la carrera de San Jerónimo, fue un negocio promovido por Eugenio M. Remacha.

La decoración corrió a cargo del arquitecto Manuel Muñoz Casayús, dotando al local de un tono elegante y sobrio. El espacio estaba iluminado por líneas de luz que recorrían el salón comedor con apliques de metal y vidrio, esparciendo una luminosidad abundante y clara, mientras la holgura del recinto permitía que hubiera suficiente espacio entre las mesas, para la privacidad de los comensales. La cocina contaba con todas las modernidades y con la garantía de higiene suficiente.


Fuente: memoriademadrid.es (1933)
Comedor del Restaurante Amaya y su barra de bar.


Platos típicos de la cocina bilbaína, francesa y española a precios moderados; café exprés, té, chocolate y servicio de restaurant en su brasserie desde las ocho de la tarde hasta la madrugada, era la oferta del Amaya que incorporaría el Té Baile todas las tardes en horario de 6 a 9, a un precio de 2 pesetas la consumición, con entrada libre para las señoritas.


Fotografía: M.R.Giménez (2024)
Carrera de San Jerónimo (hoy) número 5, donde estuvieron el Café Bar Regio y el Restaurante Amaya. 


El Café Bar Regio y el Restaurante Amaya desaparecieron, junto a sus espléndidas decoraciones, pocos años después de finalizar la Guerra Civil Española.


Fuentes:

bdh.bne.es

hemerotecadigintal.bne.es

historiatelefonia.com

memoriademadrid.es

prensahistorica.mcu.es

simurg.csic.es


En este blog encontraréis más información sobre los cafés citados en este artículo:

Restaurante Lhardy - https://www.antiguoscafesdemadrid.com/2019/05/restaurante-lhardy.html

Bar ¡Alegría! - https://www.antiguoscafesdemadrid.com/2014/05/el-bar-alegria-y-su-mostrador.html

Café de Zaragoza - https://www.antiguoscafesdemadrid.com/2013/08/el-cafe-de-zaragoza-de-la-plaza-de.html

Comentarios

  1. Aunque solo pasan nueve años entre ambas inauguraciones, las dos fotografías del interior de estos locales nos muestran un cambio radical en la decoración. De ese abigarrado decorado de 1922 a las líneas puras y simples de 1931.

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    1. Sí, Conde. El gusto de la época marcaba la decoración de este café, que parece seguía la tradición. Por otra parte, Muñoz Casayús ya formaba parte de la Generación del 25 y traería aires de modernidad a los nuevos locales.
      Gracias por tu comentario y un buen café para ti.

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