TEATRO CURVA, DE ZÉSAR

Situado en la orilla derecha del río Manzanares y a dos pasos del Puente de Toledo, el Teatro Curva fue construido en solitario por un auténtico enamorado de las artes escénicas.

Desiderio César Fernández “Zésar” fue dramaturgo, actor, director y logró contagiar su devoción por el arte teatral a cuantas personas tuvo a su alrededor.


Fotografía: Martín Santos Yubero/gestiona.comunidad.madrid (1942). 
Teatro Curva, de Zésar

Todo comenzó con la compra de un pequeño terreno, en la calle de Antonio López de Madrid, allá por el año 1934. Desiderio, al que en adelante llamaremos Zésar, trabajaba entonces como barrendero municipal y viviría, acompañado de su madre, en el edificio que con sus propias manos había decidido construir en su nueva propiedad.

Dieciseis años de trabajo y una innumerable cantidad de materiales de derribo darían como resultado un inmueble singular que Zésar dedicó a sala de teatro, con capacidad para sesenta espectadores. Al local se accedía por un patio interior ajardinado, que también daba entrada a la pequeña vivienda del propietario. El edificio fue inaugurado el día 21 de noviembre de 1942 (tras acometer el arreglo de los desperfectos ocasionados en él durante la Guerra Civil Española).


Fotografía: Martín Santos Yubero/gestiona.comunidad.madrid (1942).
Sala de teatro y escenario.

En la prensa del momento aparecían escuetos anuncios, en letras mayúsculas, para promocionar el teatro: VEA EL TEATRO CURVA, DE ZÉSAR; ¿AUTOR CÓMICO? ZÉSAR. TEATRO CURVA. La publicidad de cada espectáculo se realizaba mediante folletos literarios escritos, publicados y vendidos por el propio autor en los diferentes establecimientos de Carabanchel y en los domicilios particulares.

Zésar, que ya vivía única y exclusivamente para la escena, había montado su propia compañía de actores aficionados para representar las más mil obras, de todos los géneros, escritas por él. 


Fuente: prensahistorica.mcu.es (1948).
Anuncio publicado del Teatro Curva.

Las representaciones de Zésar en el Teatro Curva fueron seguidas de cerca por el entonces afamado crítico Manuel Sánchez-Camargo, quien reconocería en el creador un talento especial. Antonio Buero Vallejo, la actriz Lilí Murati o el propio Jacinto Benavente habían enviado notas muy alentadoras al autor, quien las exhibía con veneración en su salón de espectáculos. El comediógrafo Carlos Arniches asistió a este teatro en varias ocasiones, aplaudiendo entusiasmado al finalizar cada función.

Además de las representaciones en el Teatro Curva, escenificadas los domingos y a un precio de cincuenta céntimos la entrada, el autor y su grupo de teatro también eran solicitados para presentar sus comedias en otras salas, como el Teatro Cómico de Madrid. En él se representaron en el año 1943 “La legión muda”, “Viaje divertido a la Tierra” y “Sancho Panza y Don Quijote”, con muy buenas críticas.


Fotografía: Martín Santos Yuberogestion (entre los años 40 y 60 del siglo anterior)
Teatro Curva, deZésar. A la izquierda se aprecia el Puente de Toledo.

Por el Teatro Curva pasaron todas las clases sociales. Si la obra en cartel era de temática popular la capacidad del teatro se veía rebasada de público, que asistía desde cualquier punto de Madrid. Su popularidad hizo que fuera elegido para rodar escenas de la película “La chica del gato”, dirigida por Clemente Pamplona y basada en una obra de Carlos Arniches. Estrenada en el año 1964, el propio Zésar interpretó un pequeño papel como profesor de baile.


Fotografía: Martín Santos Yubero/gestiona.comunidad.madrid (entre los años 40 y 60 del siglo anterior). Entrada a la sala del Teatro, a la derecha.

A pesar de su incansable trabajo, siempre dedicado al teatro, Zésar no tuvo la suerte que esperaba. Autor, actor, director siempre al servicio de su grupo artístico, nunca dejó de solicitar ayuda de los más afamados artistas, directores y productores del momento de quienes escucharía buenas palabras, pero ninguna solución práctica.

El año 1963 se inició con la noticia de la inmediata demolición del Teatro Curva, con objeto de proceder a la canalización del río Manzanares en aquel lugar.


Fuente: prensahistorica.mcu.es (1963)
Zésar, ante la fachada del Teatro Curva, pocos días antes de su desalojo.

Zésar recogía y embalaba con cuidado los decorados del teatro y sus pertenencias, con vistas a un próximo traslado a Torrubia del Campo (Cuenca), su pueblo natal, con la idea de seguir dando la batalla para conquistar un puesto destacado en la escena española. Así terminaron éxitos, penas, fatigas, luchas, satisfacciones y aplausos de quien persiguió sus sueños hasta el final, quedando en el olvido.



Fuentes:

gestiona.comunidad.madrid

memoriademadrid.es

prensahistorica.mcu.es


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