B.U.S.A. Y EL RESTAURANTE TOBOGÁN

Como sabemos, sobre el espacio que ocupó el Convento de San Felipe el Real con sus covachuelas y mentidero (entre las calles Mayor, de Esparteros, del Correo y la plaza de Pontejos de Madrid), vinieron a construirse las denominadas Casas de Cordero entre los años 1842 y 1845. Los edificios deben su nombre al acaudalado Santiago Alonso Cordero “El Maragato”, que había hecho fortuna con negocios de comercio y transportes. 

La fachada más visible y representativa de todas las Casas de Cordero es la que corresponde a la calle Mayor, número 1, situada junto a la Puerta del Sol. Su espléndido portal daría paso a uno de los comercios más famosos y longevos de Madrid, denominado Gran Bazar de la Unión (B.U.S.A.)


Fotografía: Alfonso (años 30 del siglo pasado).
La calle Mayor, señalado con un círculo, el anuncio del Bazar de la Unión.

Este comercio fue inaugurado en el mes de julio de 1868, aunque su apertura oficial tuvo lugar el día 24 de septiembre del año siguiente. Sus propietarios, los hermanos Siannés, habían comenzado su aventura empresarial con un negocio de quincalla (pequeños objetos metálicos de poco valor) en la calle de Atocha de Madrid.

Con entrada libre y precios fijos, el Gran Bazar de la Unión vendía toda clase de géneros: bisutería, artículos de viaje, objetos de caza, lámparas, bastones o juguetes, además de artículos provenientes de Francia, Alemania e Inglaterra. Tan sólo dos años después de su inauguración aumentaría sus secciones con la exposición y venta de cocinas económicas, camas de hierro, cunas o sillas y bancos rústicos para jardines, con la finalidad de que el público pueda surtirse en una misma casa de un sin número de artículos de indispensable necesidad para las familias.

Situado en un local interior, sin escaparates a la calle, tenía su acceso a través del portal de la calle Mayor, 1. Poco a poco iría ocupando gran parte de la planta baja del edificio consiguiendo, en el año 1873, la ampliación del espacio para sus doce departamentos con la incorporación del entresuelo.


Fuente: bibliotecavirtualmadrid.comunidad.madrid (1880)
Propaganda del Gran Bazar de la Unión.

La fama y buena marcha del negocio haría que la sociedad Siannés Hermanos pasara a denominarse Siannés Soldevilla y Compañía, durante los años ochenta del siglo XIX. Ya en el siglo XX la razón social respondía al nombre de Siannés Fiter y Alonso, finalizando como Empresa B.U.S.A. al echar el cierre definitivo en los años finales de la década de los cincuenta del siglo anterior.

La sociedad daría un cambio radical a su actividad y, aprovechando el magnífico emplazamiento del antiguo bazar, inauguraría uno de los restaurantes más modernos y conocidos del Madrid de la época. Así, el día 12 de julio de 1958 abriría al público el Restaurante Tobogán.


Fuente: prensahistorica.mcu.es (1958)
Anuncio en prensa de la apertura de Tobogán. 

¡Sírvase usted mismo! Y coma en un cuarto de hora en el primer restaurante al estilo de las grandes capitales, decía su publicidad.

Tobogán era un autoservicio al que se accedía, como en el anterior negocio, por el gran portal de la antigua Casa de Cordero de calle Mayor. Self service, Servez vous decían los anuncios de neón instalados sobre la fachada del edificio, a los que acompañaban cuatro figuras representando a un camarero que se movía rápidamente para llevar a la mesa del cliente lo que este hubiera pedido.


Fuente: memoriademadrid (años 80 del siglo pasado). Recorte de fotografía.
Rótulo y neones de Tobogán sobre el portal de la c/ Mayor, nº 1.

A pesar del reclamo publicitario, el servicio de restaurante consistía en esperar una larga fila de personas dispuestas a comer o cenar, tomar una bandeja y arrastrarla por un largo mostrador tras el que empleados uniformados disponían los diversos platos y bebidas que el consumidor podía elegir. Una vez escogido el menú había que pasar por la caja y abonar el precio de lo seleccionado, dirigiéndose después a ocupar el lugar que estuviera vacío y degustar la pitanza.


Fotografía de Martín Santos Yubero-gestiona.comunidad.madrid (1958)
Los clientes abonan los platos elegidos.

Varios salones conformaban el espacio del restaurante que, desprovisto de ventanales, estaba iluminado por luz indirecta. Sus altas paredes se habían pintado en tonos claros y tan sólo se adornaban por franjas con dibujos en su parte superior. El sencillo mobiliario consistía en mesas y sillas blancas con capacidad para cuatro comensales, que serían ocupadas también por clientes individuales con prisas.


Fotografía de Martín Santos Yubero-gestiona.comunidad.madrid (1958)
Precio del cubierto especial Tobogán, 30 pesetas.

Otros restaurantes semejantes abrirían en Madrid años después, siendo Tobogán el primero de ellos. Su espléndida ubicación y la novedad de su servicio hicieron que este negocio perdurase hasta bien entrados los años noventa del siglo anterior.



Fuentes:

Alfonso Fotógrafo

bibliotecavirtualmadrid.comunidad.madrid

gestiona.comunidad.madrid

hemerotecadigital.bne.es

memoriademadrid.es

prensahistorica.mcu.es



Comentarios

  1. ¡Sírvase usted mismo! Y coma en un cuarto de hora ... ¿podríamos considerarlo el primer fast-food moderno de Madrid?

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  2. Conde, la rapidez imperaba también en los años 50.
    Gracias por tu comentario.

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  3. Yo iba ahí cuando era una niña.

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    1. Gracias por compartir tus recuerdos en nuestro blog.

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    2. Yo también, con mi madre ,lo recuerdo muchas veces y hoy he decidido buscar en internet . Vaya sorpresa!!🫂

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