CAFÉ EL NIDO BAR DE LA PLAZA DE ANTÓN MARTÍN.
Lo que primero fue plazuela y luego plaza de Antón Martín es uno de los lugares con más historia de Madrid. Albergó el hospital de Nuestra Señora del Amor de Dios en el siglo XVII, fundado por quien le da nombre a ese espacio. Allí se instaló la hermosa Fuente de la Fama, proyectada por Pedro de Ribera, desde el siglo XVIII y, también en esta plaza, tuvieron origen multitud de conflictos revolucionarios, como el Motín de Esquilache en 1766. Hoy en su centro, y desde el año 2003, se alza el monumento homenaje a los Abogados de Atocha.
También en la plaza de Antón Martín vinieron a instalarse lugares de esparcimiento como el Monumental Cinema (hoy Teatro Monumental), el famoso Café de Zaragoza (pulsar para leer su historia) y el Café “El Nido” Bar.
Fuente: B.N.E. (1915) Fachada del Café El Nido Bar. Bajo el balcón del entresuelo se aprecia la figura de un nido con pájaros, logotipo del local. |
Situado en la plaza de Antón Martín, números 40 y 42 (hoy equivalente al nº 44 de la calle de Atocha), el Café El Nido era propiedad de Rafael Noguera y fue inaugurado el día 2 de abril de 1915 como sucursal de los establecimientos, que con el mismo nombre, su dueño poseía en las calles de Carretas, San Ricardo y Mesón de Paredes.
Este estrecho y largo café era un conjunto de elegancia, riqueza, higiene y novedad, a decir de la prensa del momento.
Su fachada de madera enmarcaba la puerta de acceso y el entresuelo, cuyo balcón había sido revestido de una estructura que anunciaba los productos a la venta y, a modo de logotipo, contenía la gran figura de un nido con pájaros en su interior. La ornamentación se completaba con una muestra en cristal en donde aparecía escrito el nombre de la casa.
Este lindo establecimiento se encontraba junto a la célebre farmacia del Globo, propiedad por entonces de Juan Trasserra Conill.
Fuente: B.N.E. (1915) Interior del Café El Nido Bar, con su mostrador revestido de azulejos. |
El interior del Café El Nido estaba profusamente decorado con espejos biselados en forma de óvalo, azulejos y pinturas del artista Antonio Chaves Martín.
Sin duda lo más llamativo del local era su magnífico mostrador, revestido por entero de azulejos y representando, en su parte central, la figura de Sancho Panza. Sobre su base se había instalado un aparato lumínico, compuesto de tres columnas, que por diferentes grifos servía la medida exacta de jarabes, cervezas y agua de seltz.
Una novedosa máquina limpiaba los vasos y las copas de cristal, por medio de surtidores a presión, evitando hacerlo con las manos. Los recipientes se apretaban sobre el chorro de agua, quedando así limpios para el próximo servicio.
El Nido, más que un café de barrio, se convirtió con rapidez en un bar de bebidas, bocadillos, desayunos con café y media tostada al precio de 30 céntimos de peseta.
Sólo cinco años después de su apertura el establecimiento ya había sido subarrendado a un joven de veintitrés años que, en el mes de enero de 1920, se disparó un tiro en la cabeza en la cueva del bar, quedando muerto al instante.
El Nido de Antón Martín y su magnífico mostrador desaparecieron para siempre al igual que lo haría dieciséis años después, durante la Guerra Civil Española (1936-1939), la estrecha casa donde se ubicaba y su vecina, sita en la esquina con la calle de Atocha.
La contigua casa de la farmacia del Globo, también quedó muy deteriorada por los bombardeos, aunque pudo ser reconstruida.
Fuente fotografía de la izquierda: es.pinterest.com (Guerra Civil Española 1936). Fotografía de la derecha: M.R.Giménez (2008). Edificio de la farmacia del Globo. |
Desde la década de los años cuarenta del siglo pasado se alza un único edificio en el solar que dejaron las casas de la plaza de Antón Martín, derribadas por los bombardeos, que correspondieron al Café El Nido Bar y su limítrofe, esquina a la calle de Atocha.
Fuentes:
Es.pinterest.com
Es.wikipedia.org
Hemeroteca de la B.N.E.
Museoreinasofia.es
Charo, como siempre, artículo interesantísimo. No sabía de la existencia de un bar llamado Nido. El Globo, sí suscita recuerdos de la infancia, pero claro, otra cosa es la destrucción de edificios enteros por causa de la guerra. Qué de cosas hemos perdido y podemos recuperar gracias a personas que, como tú, os empeñáis en ello. Gracias
ResponderEliminarMuchas gracias, Carmina, una vez más por tu comentario. Viniendo de una persona experta en el estudio de las vidrieras, como tú, es un verdadero honor saber que te gusta tanto este blog.
ResponderEliminarDesde aquí quisiera animarte a plasmar por escrito lo mucho que tú sabes.
Un beso enorme.
Lugar histórico de referencia.De ahí, Anton Martin,salían manifas de discapacitados hacia Atocha abajo glosando las excelencias de trato, Saludos.Nidía V.Jean
ResponderEliminarTe doy la razón, Nidia. Antón Martín es una plaza singular en la historia de Madrid y que suele pasar inadvertida para muchos.
ResponderEliminarSalud y gracias por comentar.
Excelente artículo, como siempre. Gracias por proporcionarnos memoria y cultura.
ResponderEliminarMuchas gracias a ti por seguir nuestro blog. Ya sabes que también puedes hacerlo en nuestro canal de vídeos de YouTube, en esta dirección :
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