EL CAFÉ DE SANTA CRUZ Y LA IGLESIA MALDITA.
Nada más iniciar la calle de Atocha, desde la plaza de la Provincia, se encuentra una recóndita calle, hoy llamada de Santo Tomás, que en tiempos fue titulada del Verdugo, por tener allí su cuarto el ejecutor de la justicia. En la esquina de ambas estuvo el café de Santa Cruz.
Este café, abierto en la década de los años setenta del siglo XIX, no tuvo tertulias de afamados literatos, toreros o políticos de renombre. Era un lugar “tan alejado” del centro de Madrid que no contaba más que con la parroquia del barrio.
Las noticias que de él nos traen los periódicos son relativas a algún robo, el impago de la cuenta o peleas, con más o menos suerte de unos contrincantes que solían terminar en manos de la fuerza pública o bien, en algún caso, en el Juzgado de guardia y en el Hospital general. El dueño del café en el año 1911 era Jesús Vizmanos, que trató de dar popularidad a su nuevo negocio anunciando incansablemente en la prensa la remodelación tanto de sus salones como de los billares, a pesar de lo cual tuvo que cerrarlo cuatro años después.
El motivo por el que resulta curioso hablar sobre este café no es otro que la fotografía que Jean Laurent tomó en el año 1875 para recordar la iglesia de Santa Cruz, entonces en fase de demolición y en la que se ve el claramente la fachada del café de Santa Cruz. La casa en la que estaba ubicado este local sigue aún en pie milagrosamente, tras los avatares sufridos por la iglesia, que aparece junto a él.
Fuente: H-plazamayor.com Lo que fue el café de Santa Cruz es hoy una cervecería y en el edificio remodelado se encuentra un hotel. |
La actual iglesia de Santa Cruz, se ubica en el número 6 de la calle de Atocha y fue construida entre los años 1889 y 1902. Su estilo neogótico resultó más atractivo que el barroco de la anterior, para los cronistas de la época, y parece haberse salvado de la maldición que durante tres siglos acompañó a su antecesora, hasta que fue demolida.
Fuente: B.N.E. A la izquierda la portada barroca de la primitiva iglesia de Santa Cruz, en 1885. A la derecha, el dibujo publicado en 1902 de la nueva y actual iglesia. |
La primitiva iglesia de Santa Cruz fue construida en el siglo XVII, anexa al convento de Santo Tomás (1583), que era sucursal del de Nuestra Señora de Atocha de la orden de Santo Domingo (1523). Diego de Chaves, maquiavélico dominico y confesor de Felipe II, decidió crear una Cátedra de Predicadores más cerca de la Plaza Mayor, constituyéndola en este convento de Santo Tomás, del que se nombra prior.
Comenzó la construcción de la antigua iglesia de Santa Cruz en el año 1636, pero tan sólo unos años después, en 1652, el edificio sufrió su primer incendio. Casi un lustro más tarde se inicia la reconstrucción del templo, ya con trazas barrocas. En el año 1726 la cúpula de la iglesia se desplomó de improviso sobre los asistentes a un acto religioso, resultando muertas ochenta personas. Vuelve a levantarse y de nuevo en el año 1872 fue pasto de unas llamas que se vieron desde todo el Madrid de entonces. Este último incendio se inició en el altar mayor, extendiéndose con rapidez por todo el recinto, atrapando a un significativo número de frailes que se hallaban en su interior y pedían socorro por las ventanas. Tras este desastre se decidió derribar la iglesia.
Fuente: Memoriademadrid.es Dibujo de Evaristo Casariego, publicado en 1966, del último incendio de la iglesia de Santa Cruz. |
No terminan los desastres y las muertes en la iglesia de Santa Cruz con el incendio de 1872. A punto de completarse su derribo, en el año 1888, la bóveda de la capilla del marqués de Cerralbo cayó sobre los ocho obreros que trabajaban en la demolición del recinto, de los que sólo cuatro consiguieron sobrevivir.
Hasta aquí la crónica de la iglesia maldita de Santa Cruz, pero el convento de Santo Tomás también tuvo su historia. De él partía la aterradora comitiva de los autos de fe, como el que en el año 1683 recoge en su pintura “Auto de fe de la Plaza Mayor de Madrid”, Francisco Ricci (1614-1685), representando el obsceno espectáculo público que tuvo lugar el día 30 de junio de 1680.
Fuente: Museo del Prado. Cuadro de Francisco Ricci "Auto de fe de la Plaza Mayor de Madrid" |
Andando el tiempo, tras formar parte de los edificios propiedad de la iglesia desamortizados por Mendizábal, el convento de Santo Tomás fue cuartel de milicias y albergó al Batallón primero de Madrid, donde se sublevaron contra los franceses algunos oficiales amigos de Luis Daoíz y Pedro Velarde. También la Sociedad Landaburiana, donde discutían acaloradamente políticos como Antonio Alcalá Galiano, Juan Romero Alpuente y Juan Antonio de Padua Florán Pastorís, entre otros, tuvo en este convento su sede durante los años veinte del siglo XIX hasta que el gobierno, que veía con temor a esta logia, decidió clausurarla pretextando el mal estado del edificio.
El convento de Santo Tomás aún seguiría en pie algunos años más. En 1836 el Ateneo de Madrid se alojó en la planta baja del convento y en el ángulo del piso principal en que está la sala de la biblioteca. Poco después se instala en el edificio Capitanía General, su juzgado y dependencias, la Auditoría de guerra y el Tribunal Supremo de Guerra y Marina. De este convento salió el militar Diego de León Navarrete para ser fusilado en las afueras de la Puerta de Toledo, en el año 1841. Murió gritando al pelotón que lo apuntaba con sus armas: “No tembléis: ¡al corazón!.
Fuentes:
Hemeroteca B.N.E.
Guía de arquitectura y
urbanismo de Madrid. C.O.A.M.
“Guía de Madrid, manual del
madrileño y del forastero” Ángel Fernández de los Ríos.
Urbanity.es
Es.wikipedia.org
Ateneodemadrid.com
Bibliotecavirtualmadrid.org
h-plazamayor.com
Hola Charo!
ResponderEliminarMaldita iglesia, ¿no? Lástima no haber descubierto tu blog antes de mi última visita a Madrid. Ahora tendré que volver para visitar el Café de Santa Cruz y todos esos lugares estupendos de los que hablas.
¿Qué tal, Roser? Ya que las dos somos aficionadas a "lo que había antes de..." no dudes que si vienes a Madrid iremos a ver todos los lugares bonitos de la ciudad. Muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarHola, Giménez. Me llama Rafa y he descubierto hace poco tu blog. Me parece muy buena idea lo de indagar en el pasado con los cafés como hilo conductor. Me parecen tus estudios muy bien documentados, sobre todo gráficamente y me ha extraño que comentas el error que he visto en bastantes libros y guías de confundir la situación de la antigua iglesia del Santa Cruz con el Convento de Santo Tomás de Aquino que también lo citas. La antigua iglesia estaban (como lo indican una letras doradas grabadas en el suelo) en la esquina de la Plaza de Santa Cruz con la Calle de la Bolsa (antigua plaza de la Leña)... Adelante con los paseos y que sigas ofreciéndonos más descubrimientos sobre Madrid
ResponderEliminarLa iglesia de Santa Cruz que aquí se cita es la que aparece en la fotografía de Juan Laurent, situada haciendo semiesquina entre calle de Atocha y la de Santo Tomás, al existir aún la casa del café es fácil su ubicación. Todas las informaciones que aquí se citan proceden de la prensa del momento.
ResponderEliminarUn saludo, Rafa y gracias por leer este blog.
Hola de nuevo Giménez, soy Rafa otra vez. Perdona que insista pero creo que o me expresé mal por la premura o hablamos de dos cosas distintas. La localización de la esquina del café de Santa Cruz es indudable en la calle Atocha. El origen de la confusión, como he consultado en madridhistorico.com, creo que está en que después de la demolición de la antigua iglesia de Santa Cruz en 1868 se trasladó la parroquia al antiguo convento de dominicos de Santo Tomás de Aquino que estaba abandonado tras la desamortización de Mendizábal. Así es que la foto hace referencia a la situación de la parroquia en ese año (1875) pero todos los datos que atribuyes luego a la antigua iglesia de Santa Cruz corresponde a la historia del Convento de Santo Tomás no a la primitiva iglesia de Santa Cruz que se fundo en el s.XIII en un arrabal del Madrid medieval en la esquina de la actual calle de la Bolsa con la Plaza de Santa Cruz, de hecho tengo entendido (yo no la he visto) que se conserva parte de una de sus capillas en el restaurante "La Capilla" en esa calle de la Bolsa donde se puede todavía observar la morfología de la antigua Plaza de la Leña.
ResponderEliminarPerdona si he sido algo pesado.. Te deseo lo mejor para el próximo año y que sigas disfrutando con la apasionante historia de la maravillosa ciudad que tenemos.
Un saludo. Rafa
Soy Charlie, alguien que ama nuestro Madrid y que sigue tu blog. Lo que yo sé es que una puerta de la calle de la Bolsa es una que perteneció a la iglesia dela Santa Cruz. Un personaje de Fortunata y Jacinta, Esupiñá, se seguía santigüando cuando pasaba por donde había estado la iglesia. Creo que estaba a la altura de la calle de los Esparteros, pero no estoy seguro. Ahí cerca en todo caso.
ResponderEliminar"Fortunata y Jacinta" es, quizá, la mejor novela de Galdós y en ella aparece Plácido Estupiñá, efectivamente.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu interesante comentario, Charlie. Espero que sigas leyendo est blog de los cafés.
Un saludo.
Charlie de nuevo. Te envío un enlace a una tesis que se presentó en la Politécnica donde aparece fotografiada la puerta de la iglesia de la Santa Cruz que está en la calle de la Bolsa.
ResponderEliminarhttp://oa.upm.es/984/1/04199401a.pdf
Y sin duda que seguiré el blog. Hay que luchar para defender Madrid de esa especulación nauseabunda que ha acabado con el Café Pombo, el Palacio de Anglada o tantas cosas para lamentar... Sigue adelante que estás haciendo una gran labor. Y a ver si dedicas una entrada a Pombo, del que tanto he leído y del que no he visto más que una fotografía no muy buena. El que derribó el edifico para hacer esa chapuza de la Comunidad se podría haber machacado los deods, la verdad. A diferencia del Levante ya no exsite posibilidad de recuperarlo. En Viena hay más de un café histórico que se reabrió tras muchas décadas de haber cerrado. Sería bueno animarse con el ejemplo...
ResponderEliminarSin duda que los criterios para destrozar Madrid han procedido siempre de la más absoluta ignorancia o quizá del interés para que la historia de esta ciudad quede en el olvido. El caso más reciente es la desaparición del Palacio de la Música al grito de: Los madrileños ya tienen bastantes centros de ocio (??????) que denota la zafiedad de quienes toman esas decisiones.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus aportaciones, Charlie. Te contesto aquí a todas las anotaciones que has hecho en el blog.
Los cafés irán saliendo poco a poco porque la historia no se acaba nunca y nuestra memoria tampoco, mal que les pese a algunos.
Un saludo muy cordial.