PONTEJOS, MERCERÍAS Y JACINTA.

Cuando en Madrid se escucha hablar de Pontejos surge de inmediato la idea de botón, cremallera y pasamanería. Pero Joaquín Vizcaíno Martínez - Marqués Viudo de Pontejos (1790-1840) del que toma su nombre la calle y la plaza, bien poco tuvo que ver con la mercería y mucho con la modernidad de esta capital. 

Foto: M.R. Giménez (2012)
Plaza de Pontejos con la fuente que contiene el busto de Joaquín Vizcaíno Martínez. Al fondo, con toldo amarillo el Almacén de Antonio Ubillos.

Joaquín Vizcaíno fue el tercer marido de Mariana de Pontejos Sandoval (Marquesa de Pontejos y Condesa de la Ventosa) por lo que, al morir su esposa, el consorte pasó a ostentar el título de Marqués Viudo de Pontejos. Militar de carrera, fue nombrado Alcalde de Madrid entre los años 1834 y 1836 realizando sustanciales mejoras para la ciudad.


Foto: M.R. Giménez (2012)
Busto de Joaquín Vizcaíno, Marqués Viudo de Pontejos,  instalado en la plaza desde el año 1849.
 
A él se debe el empedramiento de las calles hasta entonces llenas de polvo o barro, el primer alumbrado público, el sistema de numeración de las casas tal y como hoy la conocemos; la adjudicación del nombre a todas las calles y la desaparición de duplicidad en sus denominaciones (los barrios de Madrid eran entonces muy pequeños y muchos repetían el título de sus vías, convirtiendo las señas del propietario en un verdadero laberinto). Fundó el Asilo de San Bernardino, que daba acogida a mujeres y hombres de cualquier edad; crea los baños públicos y encarga al arquitecto Custodio Teodoro Moreno el primer plano topográfico de la Villa. Tras abandonar la política se suma a la iniciativa de Ramón Mesonero Romanos (1803-1882) para crear la Caja de Ahorros de Madrid, que en el año 1869 se unificó con el Monte de Piedad, establecimiento ya existente desde el año 1718.

La actual plaza de Pontejos y la calle del Marqués Viudo de Pontejos, que de ella parte, se abrieron en el año 1839 tras la desaparición del Convento de San Felipe el Real y su famoso mentidero. En este solar se construyeron varios edificios destinados a viviendas; uno con entrada por el número 2 de la calle Marqués Viudo de Pontejos y otro conocido como las Casas de Cordero o del Maragato, un conjunto de siete edificios de factura similar cuyas fachadas se encuentran en las calles Mayor, Esparteros, Correo y en la plaza de Pontejos.
 

Foto: M.R.Giménez (2012)
Finca de la plaza de Pontejos, que no pertenece a las Casas Cordero. Esta es la casa que tiene entrada por la calle Esparteros, 2 y se edificó en el año 1845.

Tanto la calle como la plaza de Pontejos son famosas por aglutinar negocios especializados en el ramo de la mercería desde hace más de un siglo, siendo quizá el establecimiento más conocido el de Antonio Ubillos Baztarrica, que desde el año 1913 se encuentra en el número 2 de la plaza, haciendo esquina con la calle del Correo, número 4.

Foto: M.R. Giménez (2012)
Almacén de Antonio Ubillos.

Foto: M.R. Giménez (2012)
Simpáticos dependientes del Almacén de Antonio Ubillos.


Foto: M.R. Giménez (2012)
Detalle de columna y lámparas del Almacén de Antonio Ubillos.


Es en la calle del Marqués Viudo de Pontejos donde Benito Pérez Galdós sitúa la vivienda de “Jacinta”, esposa de “Juanito Santa Cruz” en su magnífica novela “Fortunata y Jacinta.  Dos historias de casadas.” 
 

Foto: M.R. Giménez
Balcón de la casa donde Benito Pérez Galdós sitúa la vivienda de la familia Santa Cruz ("Fortunata y Jacinta").
 
“Los de Santa Cruz vivían en su casa propia de la calle de Pontejos , dando frente a la plazuela del mismo nombre; finca comprada al difunto Aparisi, uno de los socios de la Compañía de Filipinas. Ocupaban los dueños el principal, que era inmenso, con doce balcones a la calle y mucha comodidad interior.” Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós.





Fuentes:

Hemeroteca B.N.E.
“Fortunata y Jacinta. Dos historias de mujeres” Benito Pérez Galdós.
Agradecimiento especial a los dependientes del Almacén de Pontejos de Antonio Ubillos, por su cortesía.


Comentarios

  1. Curioso personaje el marqués de Pontejos que pasó a la historia casi sin nombre propio.

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  2. No conocía la historia que, me ha parecedido cuanto menos curiosa. Además grandes recuerdos de mi infancia y sobre todo de mi madre que solía ir mucho a las mercerias de la zona, se le daba bien la aguja y el dedal.
    Una vez más gracias.

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  3. Me alegro de que te guste, Delfín. Esta entrada es un homenaje a todas las madres que pasaban horas en Pontejos y a todos los hijos que jugabamos con las ruedas de botones y bebiamos agua de la fuente de la plaza.
    Gracias a ti por ser tan amable.

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  4. Es una de las pequeñas plazas con encanto de Madrid y me ha gustado mucho conocer la historia del Marqués Viudo, que para dos años que estuvo de alcalde hizo un montón de cosas.

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  5. Gracias por tu comentario, Deme. Me alegro de que te guste. Trataré siempre sobre el Madrid por el que todos hemos pasado tantas veces y nunca nos hemos parado a contemplar (que es el Madrid que a mi me gusta). Un saludo.

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  6. Me ha encantado Charo, no conocía la historia. Un reportaje genial nuevamente.

    Un abarzo.

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    Respuestas
    1. Gracias David. Esta mañana me he colado en el antiguo cine Europa, para verlo y me he acordado de ti.
      ¡Bien por tus "Cine de Madrid"!.
      Un beso.

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  7. Hola. Escribo en representación de Cobián, una de las mercerías de Pontejos. Quería darte la enhorabuena por el post que has escrito y por los comentarios de a continuación. Me ha gustado mucho la manera con la que has hablado de las tiendas y de la plaza, se ve que lo has escrito con mucho cariño. Así que darte las gracias en nombre de Cobián y de todas las tiendas de Pontejos, que aunque a lo mejor no lo hayan leído, seguro que les habría encantado. Para nosotros, que llevamos tantos años dedicándonos al mundo de la mercería (en nuestro caso 70 años recién cumplidos), es muy gratificante leer y escuchar a las personas cuando hablan con cariño de lo que hacemos, que aunque ya las mercerías no sean tan importantes como lo eran antes, seguimos formando parte de la vida de muchas personas. Y mientras eso siga siendo así, aquí estaremos.

    Recibe un cordial saludo.

    Carlos Cobián.

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  8. Muchas gracias por tu comentario, Carlos. Efectivamente tengo un cariño muy especial por esta plaza de Pontejos y por todas sus mercerías porque he ido a ellas desde que nací, primero con mi madre y luego con mi hijo.
    Enhorabuena por vuestros 70 años y por pertenecer a una de las plazas más emblemáticas de Madrid.
    Un cariñoso saludo.

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