CABARET SATÁN
En la madrileña calle de Atocha, número 60, sobre una de las porciones del terreno que dejó vacante la demolición de la iglesia y hospital de San Juan de Dios, allí instalados desde el siglo XVI, abrió sus puertas algo completamente nuevo: El cabaret Satán.
| Fuente: hemerotecadigital.bne.es (1934) Anuncio de la inauguración del cabaret Satán |
El salón, teatro-cabaret o dancing Satán, cuyo propietario era Faustino García Cofiño, fue inaugurado el día 11 de agosto de 1934 como un local cómodo y elegante, cuyos espectáculos presentaban cada noche a los mejores artistas del género frívolo español y extranjero.
El pintor Mario Carreño, cubano y muy amigo del poeta Pablo Neruda, recibiría el encargo de realizar el diseño de la peculiar y luciferina decoración del Satán que consistía en una representación de las mismísimas cuevas del infierno. Grandes columnas de rocas irregulares y sinuosos rincones alumbrados de manera singular y algo siniestra, con una inteligente instalación eléctrica, daban al local un inquietante aspecto mefistofélico.
| Fuentre: hemerotecadigital.bne.es (1934) Satán y su decoración infernal |
Aquel ambiente desenfadado del cabaret Satán consumía la paciencia de la sociedad biempensante de ese Madrid de los años treinta. En sus fiestas diabólicas de los jueves la frivolidad de las artistas se promocionaba en los programas de mano como monísima o escultural bailarina, moviéndose al ritmo de músicas afrocubanas en un derroche de alegría sin límite.
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| Fuente: hemerotecadigital.bne.es (1934) |
La figura de una joven llamada Merceditas Clemente Puértolas vino a desequilibrar la crónica periodística sobre una noche de juerga en este local.
Un reportero y su grupo de amigos visitaron el cabaret Satán con el fin de narrar, cuanto fuese posible, lo más morboso de los espectáculos sicalípticos programados y, de paso, disfrutar en propias carnes de todo lo que el local pudiese ofrecer. Alguien solicitó la presencia del cerillero para comprar tabaco y una preciosa chiquilla, disfrazada de diabla, ofreció cigarrillos americanos con sonrisa agradable, tras dejar claro a la cuadrilla que el precio del paquete de tabaco no daba lugar a ningún otro negocio.
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| Fuente: hemerotecadigital.bne.es (1934) Merceditas Clemente, cerillera del cabaret Satán |
El reportero comenzó a indagar sobre la circunspecta joven con los camareros del local, descubriendo que se llamaba Merceditas y consiguió averiguar curiosos detalles que convertirían a la muchacha en el centro de interés de su crónica sobre aquella noche.
La joven cerillera tenía diecisiete años y había estudiado en Francia. De vuelta a España trabajó como doncella y gracias a que su novio fue contratado para construir el decorado del cabaret Satán Merceditas había cambiado el oficio de servir por el de la albañilería. Una vez terminada la obra del local la joven había solicitado el trabajo de cerillera, lo que no le impedía continuar ganándose la vida en la construcción, durante el día, junto a su pareja.
La Guerra Civil Española terminó con el cabaret Satán hasta que en el año 1940, concretamente el día 26 de octubre, fue “reinaugurado” como sala de fiestas con el nombre de Tarzán, aprovechando parte del letrero inicial que había supervivido a los bombardeos que asolaron a la ciudad de Madrid.
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| Fuente: prensahistorica.mcu.es (1940) Tarzán fue reinaugurado |
A pesar del nuevo ambiente, tan diferente de su sicalíptico antecesor, el cabaret Tarzán, que también contaba con orquesta propia, parece que no tuvo una existencia muy prolongada. Las últimas noticias encontradas sobre este negocio corresponden a los últimos años de la década de los cuarenta.
Fuentes:
hemerotecadigital.bne.es
prensahistorica.mcu.es



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