BAZAR X.

A imitación de las modas europeas, aquel Madrid de los años cuarenta del siglo XIX quiso convertirse en una ciudad moderna. Aparecerían entonces los pasajes comerciales, sólo para peatones (San Felipe Neri, Murga, Iris), que tendrían la doble función de acortar la distancia entre dos calles y de establecer tiendas en su interior. Estos pasadizos no tuvieron demasiado éxito a pesar de sus ricas decoraciones y la variedad de los géneros que exponían; los clientes optaban por realizar sus compras en los comercios tradicionales y pasear por las calles, aunque estuvieran atestadas de gente.

Treinta años después de la implantación de aquellos pasajes un nuevo modelo comercial llegaría a Madrid. Fue así como el día 27 de enero de 1877 vino a abrir para el público la “Exposición Comercial” en la calle de Espoz y Mina, número 6, que poco tiempo después pasaría a denominarse Bazar X.


Fuente: hemerotecadigital.bne.es (1877). Inauguración de la Exposición Comercial.

El lugar elegido para construir este centro comercial fue hasta el año 1876 un gran patio de vecindad en donde se guardaban coches de caballos, de postas y viajeros que hacían rutas por diversas provincias. En su interior había comenzado un incipiente comercio de mercancías, que más tarde el industrial Antonio Sanabria se encargaría de organizar.

Con el fin de crear un ambiente agradable para las compras se dotó al solar de un techo y una gran cúpula de cristal y hierro en su centro, apoyada sobre gruesos muros. La sala central fue decorada por el escenógrafo Francisco Pla en colores blanco y oro, dotando a todo el espacio de profusa iluminación. Treinta y cuatro puestos fijos de venta, de otros tantos arrendatarios, exhibían permanentemente para su compra elegantes objetos de todas clases: tejidos, perfumería, bisutería, cuadros y esculturas, muebles, máquinas o artículos de escritorio.

Uno de aquellos arrendatarios, llamado Federico Ortiz López, publicitaría en la prensa su puesto de mercancías con una misteriosa “X”, que no pasó desapercibida, causando cierta inquietud por lo que pudiera significar. Su quiosco “El Bazar del cazador” se había especializado en la venta de armas, efectos de caza, pesca, esgrima y relojes.


Fuente: hemerotecadigital.bne.es (1877). Anuncio del "Bazar del cazador" con la "X" que a todos inquietaba. 


A pesar de la buena acogida que tuvo en sus inicios esta elegante zona comercial, con su extenso horario de apertura, sus precios fijos y la amabilidad de sus comerciantes, muchas de sus tiendas fueron abandonadas o traspasadas poco tiempo después de su apertura. Pero Federico Ortiz, como astuto negociante, fue apoderándose de todas ellas inaugurando así el famoso Bazar X en los primeros años ochenta del siglo XIX.


Fuente: madrid.org (1880). Logotipo y dirección del Bazar X.

Ortiz daría un gran impulso a su nuevo negocio vendiendo todo tipo de géneros, en su mayoría fabricados en España. El bazar, abierto hasta las diez de la noche, fue el primero en contratar a mujeres para atender a los clientes y retribuía a todos sus empleados, incluidos los jóvenes aprendices, con salarios dignos.

El día 5 de marzo de 1886 un voraz incendio se declaró en la nave central del bazar. Las pérdidas fueron costosas no sólo por el fuego, sino también por la gran cantidad de agua que se utilizó para su extinción. La vivienda de Federico Ortiz y su familia, situada en el segundo piso y unida al bazar mediante una escalera de caracol, sufrió desperfectos al igual que el edificio colindante al negocio. Por fortuna todo estaba asegurado.

Un año después, el día 17 de mayo de 1887, tras costosas obras de remodelación, el Bazar X abrió sus puertas nuevamente. 


Fuente: madrid.org (1906). Interior del Bazar X.

La nueva organización del espacio, con accesos por las calles de Espoz y Mina, Carretas y Cádiz, hizo desaparecer los muros que dificultaban la entrada de luz natural en las galerías, siendo sustituidos por esbeltas y decoradas columnas de hierro fundido, dando así más amplitud al local y permitiendo la visión de todas las secciones del mismo. En su centro, y rematado por una bella estatua, se instaló un elegante quiosco en el que se ubicó la caja para los pagos. Una magnífica instalación de lámparas, distribuidas en abundancia por todo el bazar, completaban la nueva y moderna decoración del negocio.


Fuente: hemerotecadigital.bne.es (1934). Últimos días del Bazar X.

Las diferentes secciones del establecimiento continuaron exponiendo en sus vitrinas los mejores y más novedosos artículos para la venta: desde chocolates hasta esculturas en madera, juegos de bolos, maletas, mobiliario, cajas de música, postales, carteras, portamonedas y un largo etcétera, sin que faltasen los juguetes. Los clientes, en la víspera del día de Reyes, convertían la zona comprendida entre la Puerta del Sol y la plaza del Ángel en un lugar casi intransitable por los numerosos coches que necesitaban aparcar para transportar los regalos: libros, cuentos, muñecas que decían papá y mamá, caballitos de cartón o pelotas de goma. Hasta se solicitaba un dispositivo especial de la Guardia Civil para imponer el orden.


Fuente: hemerotecadigital.bne.es (1934). Entrada principal del Bazar X, en la calle de Espoz y Mina.

En el año 1904, tras el fallecimiento del ya muy acaudalado Federico Ortiz, pasó a hacerse cargo del Bazar X su sucesor, Vicente de Gregorio. Veinte años después la apertura de otros establecimientos más modernos en Madrid propiciaría el declive de este famoso comercio, que cerró para siempre en el mes de agosto de 1934, anunciando en prensa la venta de todos sus enseres.


Fotografía: M.R.Giménez (2022). Al fondo, la entrada de lo que fue el Bazar X, por la calle de Espoz y Mina.


El espacio que ocupó el Bazar X fue destinado a la edificación del Cine Carretas, que poco antes de finalizar el siglo XX sería reconvertido en una sala de bingo.



Fuentes:

bibliotecavirtualmadrid.comunidad.madrid

hemerotecadigital.bne.es

madrid.org

memoriademadrid.es









Comentarios

  1. O sea, justo en la acera de enfrente de Pasaje de Mathéu, otra empresa comercial decimonónica que empezó parecido pero acabó peor.

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    1. Sí, justo frente al Pasaje Matheu. Parece que los pasajes no tuvieron mucho éxito en Madrid, pero este Bazar X tenía otro concepto de las compras y gustó bastante más.
      Un saludo, Conde.

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