CASA MIRA Y SUS TURRONES.

Muy pocas son las centenarias pastelerías de Madrid que mantienen intacta su decoración. Aquellos magníficos aparadores de maderas nobles, los mostradores cubiertos de trabajados adornos, las enormes y llamativas lámparas o las estanterías con grandes cristales, hace ya muchos años que fueron sustituidos por el anodino aluminio y los soportes de metacrilato.

Antiguos Cafés de Madrid quiere hoy mostrar uno de los escasos comercios que aún se mantiene como en el siglo XIX. Casa Mira, que desde hace casi 140 años permanece inalterable en la Carrera de San Jerónimo, a pocos pasos de la Puerta del Sol.






Una fachada en madera de caoba, con cuatro columnas talladas, sirve de marco a la puerta de acceso. Su gran escaparate muestra los productos de esta fábrica de turrones, peladillas y mazapanes expuestos en la antigua rueda giratoria, una de las últimas que aún se conservan en Madrid.

Carlos Ibáñez Méndez, actual gerente, nos enseña aquí todos los detalles de este lujoso establecimiento inaugurado por su antepasado, Luis Mira de Jijona, narrando las muy curiosas anécdotas de una clientela que a lo largo de tantas décadas de existencia ha comprado sus famosos productos.

Sus muebles de caoba, las columnas de hierro que sujetan un techo adornado por las escayolas originales, los letreros en cristal que anuncian los géneros a la venta o un hermoso caramelero con veinticinco tarros, que contiene otros tantos tipos diferentes de estos artículos, nos trasladan a aquellos tiempos en los que los clientes disponían de sillas en las que, junto al mostrador, podían acomodarse para decidir sus compras.


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