UN COLEGIO, UN TEATRO Y UN CINE EN LA CORREDERA BAJA DE SAN PABLO.

En el barrio de Malasaña, distrito Centro de Madrid, se sitúa la Corredera Baja de San Pablo a la que continúa la Corredera Alta, que alguna vez y por poco tiempo vino a llamarse calle de San Ildefonso. Ambas Correderas fueron una sola vía hasta principios del siglo XVIII –Corredera de San Pablo- y nunca antepusieron a su nombre el de “calle” para no caer en la redundancia. (Corredera significa calle larga o prolongada).

Fotografía: M.R.Giménez (2014)

El número 39 (que fue nº 41 hasta el año 1936) de la Corredera Baja es hoy un supermercado de alimentación, pero no siempre fue así. Si nos remontamos hasta mediados del siglo XIX podremos descubrir que en el terreno que hoy ocupa este edificio estuvieron instalados un colegio, un teatro y un cine de sesión continua con programa doble que vendría a convertirse en sala X durante la década de los años ochenta del siglo pasado.

El político y tercer Presidente de la I República Española, entre otros cargos de relevancia, además de profesor y pedagogo Nicolás Salmerón Alonso (1838-1908) fundó el Colegio Internacional en la antigua casa nº 41 de la Corredera Baja de San Pablo, en el año 1866. 

Fuente: B.N.E. (1866).
Anuncio del Colegio Internacional convocando plazas gratuitas para alumnos, mediante oposición.

El Internacional era un colegio que no hacía odioso al maestro ni cargante el estudio. No se usaban palmetas, ni otras disciplinas, ni se injuriaba a los niños llamándoles brutos cuando no se sabían la lección. Admitía alumnos internos, medio-pupilos y externos, todos ellos con al menos seis años de edad.

Nicolás Salmerón siempre defendió la libertad de cátedra, negándose a ajustar sus enseñanzas a cualquier dogma oficial en materia religiosa, política o moral; por esta razón fue expulsado de su puesto como catedrático en la Universidad Central de Madrid. Fundó el Colegio Internacional, de enseñanza laica, siguiendo la filosofía krausista que llevaría diez años después a constituir un magnífico proyecto pedagógico: La Institución Libre de Enseñanza (ILE).

El Colegio Internacional se mantuvo en la Corredera Baja durante los años 1866 y 1869, para después trasladarse al viejo caserón de la calle de San Bernardo, número 19 (hoy sustituido por un insulso edificio de oficinas con el nº 17). Después de otro traslado, a la calle de Regueros, el Internacional, ya sin su director Nicolás Salmerón, pasó a formar parte de la ILE.

Fuente fotografía de la izquierda: Pares.mcu.es (Durante la Guerra Civil).
Fotografía de la derecha: M.R.Giménez (2014)
El Teatro de Cervantes, antes Salón Nacional, destruido por los bombardeos, desde la esquina de la Corredera con la calle de la Ballesta.
Hoy, el mismo lugar con el edificio de Luis Gutiérrez Soto y el supermercado.

La vetusta casa del Colegio Internacional, en la Corredera Baja de San Pablo, fue sustituida por un nuevo edificio proyectado para albergar un teatro. Fue así como el sábado 10 de octubre de 1908 se inauguró el Salón Nacional con todos los adelantos modernos y con todos los requisitos reglamentarios. 

Propiedad de la empresa Pla y Compañía, el nuevo teatro era amplio, espacioso, cómodo y elegante siendo diseñado por el arquitecto Pablo Aranda Sánchez con decoraciones, embocadura y telón pintados por el escenógrafo Luis Muriel. Para su inauguración se escogieron tres obras en verso y durante sus intermedios fueron exhibidas proyecciones cinematográficas.

En el mes de noviembre de 1911 el Salón Nacional fue arrendado por el entonces famoso actor y director Ricardo Simó-Raso, que se instalaría en él formando compañía propia. Simó modificó completamente el local, que pasaría a denominarse Teatro de Cervantes.

Fuente: Urbanity.cc (Abril de 1936).
Fachada del Teatro de Cervantes.

A decir de la prensa fue tal la obra acometida en el recién inaugurado Teatro de Cervantes que casi había sido construido sobre los cimientos del antiguo Salón Nacional, del que apenas han quedado en pie las paredes. Proyectado por el arquitecto Francisco Reynals Toledo, estaba dotado de calefacción y de un magnífico alumbrado con cincuenta y cinco aparatos, tenía veinte filas de butacas en la sala y dos pisos con treinta y dos palcos ricamente decorados con cortinajes de terciopelo verde. Las localidades eran cómodas y, destacaba un hecho importante: Desde ellas se ve no sólo la escena, sino también las demás localidades del teatro.

Una tercera reforma tuvo lugar en el Teatro de Cervantes durante el año 1916. El arquitecto Joaquín Rojí López-Calvo aumentaría la capacidad del local añadiendo dos plantas superiores, lo que llevaría a perder el ambiente acogedor inicial de la sala al resultar ésta demasiado alta y excesivamente larga. 

El Cervantes ya se anunciaba en la prensa indistintamente como cine o teatro durante los últimos años de la década de los veinte del siglo pasado. En la Guerra Civil Española el edificio fue bombardeado y destruido por completo y en su lugar se levantaría un nuevo inmueble de viviendas, con un cine en su parte baja: El Cine Cervantes. 

Fotografía: M.R.Giménez (2007)
El Cine Cervantes se convirtió en Sala X en el año 1984.

El nuevo edificio de la Corredera Baja de San Pablo, ya número 39, fue un proyecto del arquitecto Luis Gutiérrez Soto e incluyó cinco pisos para viviendas y un local para cine. El nuevo Cine Cervantes fue inaugurado el día 28 de marzo de 1942, programando las películas “La fortuna escondida” (1935) y “Posada en Jamaica” (1939). 

Concebido como sala de sesión continua, con doble programación de películas que habían sido estrenadas con anterioridad en locales de superior categoría, el Cervantes se convirtió en el cine de barrio más moderno y lujoso de los que entonces se ubicaban por detrás de la Gran Vía. 

Fuente: ABC (1942).

Cientos de programas dobles pasaron por el Cine Cervantes desde las cinco de la tarde hasta las doce y media de la noche, cada día. Películas de vaqueros, romanos, terror, policíacas y aquellas de asesinatos que curiosamente nunca tenían lugar en este país a pesar de tratarse de producciones españolas. Allí se podía ver al 007 James Bond, años después de su estreno, sin preocupación por enseñar el carné de identidad en la taquilla. Por su pantalla pasaron las licantrópicas transformaciones de Paul Naschy (Jacinto Molina Álvarez), los clásicos en celuloide como “Fuenteovejuna” y tantas otras anunciadas con el reclamo de grandioso programa en color, cuando por entonces casi todo era en blanco y negro.

El Cervantes se mantuvo como cine de barrio hasta el año 1984 y tras una nueva reforma pasaría a formar parte de las salas con programas de los llamados X, para adultos, en sesión continua desde las 10,30h. de la mañana.




Fuentes:

Hemeroteca ABC
Hemeroteca B.N.E.
“Nicolás Salmerón, fundador y director del Colegio El Internacional, modelo y ensayo para la Institución Libre de Enseñanza. 1866-1874” Juan Manuel Díaz Sánchez.
“Las calles de Madrid” Pedro de Répide.
Es.Wikipedia.es
Pares.mcu.es
Catálogo de la exposición “Luis Gutiérrez Soto” 1997.

Agradecimiento muy especial para David Miguel Sánchez Fernández, del blog http://cinesdemadrid.blogspot.com.es/ por la documentación aportada para este artículo.

Comentarios

  1. Excelente reportaje. Se echan de menos tanto el colegio como el teatro-cine. Dos asuntos, la enseñanza y la cultura que no interesan a quienes nos gobiernan.

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  2. De acuerdo como siempre, Carlos. En Madrid no sólo dejan de interesar la cultura y la enseñanza sino también la memoria histórica de lo que hubo y lo que fue, tan importante para todos.
    Un saludo y muchas gracias por tu comentario.

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  3. Me gusta el tema de este blog.Enhorabuena.Es precioso.

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  4. Te agradezco tu comentario, Guadalupe. Espero seguir contando contigo.
    Gracias y un saludo.

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