LA FARMACIA DE LA CALLE DE LA LUNA Y EL DOCTOR GARRIDO.

En la calle de la Luna, número 6 de Madrid hay una farmacia cargada de historia. Nadie ha de llevarse a engaño cuando lea en su fachada que allí se encuentra desde el año 1833, mientras que en el portal anexo se halla escrita la fecha 1853 como fin de la construcción del edificio que la alberga, porque ambas son correctas.

Fotografía: M.R.Giménez (2012)
Farmacia Cardona en la calle de la Luna, número 6 desde 1833. 

En los “Anales histórico-políticos de la Medicina, Cirugía y Farmacia” se habla de Pedro Herranz Árias, que fue Boticario de Cámara del rey Fernando VII, entre otros cargos, como primero en instalar una botica en la calle de la Luna ya en el año 1833. Herranz, proveniente del pueblo de Cercedilla (Madrid), instruiría convenientemente a su sobrino Claudio Santos Herranz Martín en el oficio, transfiriéndole la Botica de Herranz alrededor del año 1851.

En el periodo en que este segundo boticario Herranz atiende la farmacia de la calle de la Luna se levanta la causa actual, en el número 6, y el negocio continuará con una nueva cesión de la botica alrededor del año 1862. Esta vez Esteban Rodrigo de la Torre, sería el nuevo farmacéutico.

Fuente: B.N.E. (1865)
Anuncio de Esteban Rodrigo, Luna, 6.

Esteban Rodrigo formaba parte de la asociación “Amigos de los pobres” que prestaban auxilio a los que pidan por ser atacados por el cólera, durante la epidemia de cólera morbo del año 1865. Anunciaba en prensa sus preparados de alcanfor, como antídotos contra esta enfermedad, y posteriormente la apertura de su nuevo laboratorio especial de homeopatía advirtiendo que dicho establecimiento se ha montado en un local completamente separado del alopático (medicina convencional), para observar estrictamente las reglas hahnemanianas (Samuel Hahnemann, médico fundador de la Homeopatía, s. XVIII).

Tres años después de que su anterior propietario prescindiera de la farmacia de la calle de la Luna, se establecería en ella el más célebre de los boticarios de Madrid. Francisco Garrido Pardo, conocido por todos como El Doctor Garrido, no dejaría indiferente a nadie.

Fuente: ABC.
El Doctor Garrido, Francisco Garrido Pardo.

El Doctor Garrido había nacido en Venta del Moro (Valencia) en el año 1847. Doctor en Farmacia, había tenido la suya en Requena (Valencia) durante dos años, hasta que en 1873 entró en Madrid para establecerse en la de la calle de la Luna, número 6.

Aquella farmacia, entonces de sexta categoría, fue adquirida por 6.000 duros y se vendió porque así le convenía a su dueño, comprándola Garrido y mejorando sus instalaciones para proseguir con la venta de medicinas alopáticas y homeopáticas, como su antecesor.

Por aquel entonces el propio Garrido se quejaba de que los viejos farmacéuticos trataban de hundir a los recién llegados y también de que los médicos, que ya tenían elegidas aquellas boticas de su interés, sólo esperaban adulaciones y agasajos de aquellos, sin reparar en otros farmacéuticos con preparados más eficaces y menos costosos. (Las medicinas prescritas solían prepararse en las propias boticas de manera individualizada). Es así como el Doctor Garrido decidió recurrir a los anuncios de los periódicos para promocionar su establecimiento.

Fuente: B.N.E. (1873)
Uno de los primeros anuncios que insertó el Doctor Garrido en el periódico "El Imparcial".

Otros farmacéuticos habían recurrido ya a la publicidad en la prensa, pero nadie de manera tan perseverante como el Doctor Garrido, que comenzaría con pequeños anuncios en el año 1873 y no los abandonaría hasta mediados de los años noventa del siglo XIX, cuando dejó la farmacia.

En ocasiones sus textos incluían rimas como éstas: “Allí se curan negros, blancos, cochinchinos, franceses, ingleses, alemanes y hasta de la Alcarria” (1875). “Mi panacea es, señores, / la que todo lo compone; / quito tristezas, dolores, / y hasta si hay quien se opone, / vuelve a un viejo a sus amores” (1876).

Él mismo se ocuparía de la redacción de su publicidad que divulgó en muchos periódicos, fundamentalmente en “El Imparcial” y en “La correspondencia de España”, gastando grandes sumas de dinero que le proporcionarían pingües beneficios. 

Fuente: Prensahistorica.mcu.es (1890).
Anuncio de "La Correspondencia de España".

De los anuncios en pequeño formado pasó a largos artículos en los que relataba historias de enfermos desahuciados que recobraban la salud, consejos terapéuticos o cartas de gratitud. “De agradecidos y satisfechos a satisfecho y agradecido”. En ocasiones también sus textos, escritos en tercera persona, defendían su integridad como doctor en Farmacia ante las acusaciones de charlatanería y desprestigio de la ciencia con que le insultaban sus colegas. “Aunque exagere la gente, no diciendo la verdad, Luna, 6, en mi farmacia, quien quiera me encontrará”.

Del Doctor Garrido se decía que no faltaba nunca a las fiestas y regocijos populares. Muy aficionado al teatro llegó a encargar al dramaturgo Ángel María Segovia un apropósito (breve pieza teatral) titulado “El doctor Gorrilla siempre en su farmacia: o Nadie se muere hasta que Gorrilla quiere”, basada en su persona, que fue estrenada en el teatro de la Alhambra de la calle de la Libertad de Madrid, en octubre del año 1874.

La farmacia de Garrido, que había contratado a un hombre anuncio, también pasaba consulta médica, llegando a tener tres sucursales en total: dos en la calle de la Luna, números 6 y 38, y otra en la calle de la Madera, número 24, en la que se atendía gratuitamente. Despachaba a toda España contestando a correo seguido a los que de provincias nos escriben

El Doctor Garrido vendió su célebre farmacia de la calle de la Luna en el año 1893, falleciendo nueve años más tarde. Desaparece el último representante de toda una época, de un gran cacho de historia española contemporánea, decían las reseñas que sobre él se escribieron en los periódicos.

Fuente: Jesús y María Paz Cardona Conthe (1941).
"Farmacia Conthe - Antigua del Dr. Garrido". Los cristales de la fachada se conservan en el interior del local.
Fotografía: M.R.Giménez (2013)

En la década de los años veinte del siglo pasado la farmacia de la calle de la Luna, número 6 ya era propiedad de la familia que actualmente la dirige con el nombre de Farmacia Cardona.

Fotografía: M.R.Giménez (2013)
Decoración interior de la farmacia Cardona, con la imagen de Galeno.

Fotografía: M.R.Giménez (2013)
Decoración interior de la farmacia Cardona con una alegoría de la Farmacia.

El militar Julián Conthe Monterroso se haría cargo del establecimiento, expropiado durante la Guerra Civil Española, hasta que fue fusilado en el año 1936. El negocio continuó abierto y fue Luis Cardona Prado, yerno del anterior, quien mantuvo la oficina de esta farmacia cuyas paredes de oscura madera, cenefas y capiteles dorados que acompañan a los perfiles de Galeno e Hipócrates, por fortuna hoy podemos seguir admirando.




Fuentes:

“Anales histórico-políticos de la Medicina, Cirugía y Farmacia” de Manuel Fernández de Gregorio.
“La Farmacia Española” Revista científica y profesional.
pinarejolamancha.blogspot.com
Hemeroteca ABC.
Hemeroteca B.N.E.
Prensahistorica.mcu.es

Los antiguos cafés de Madrid agradecen muy especialmente la colaboración de los farmacéuticos Jesús y María Paz Cardona Conthe de la “Farmacia Cardona”, su amabilidad, facilidades, la información aportada para este blog y sobre todo su amena y muy interesante conversación.

Comentarios

  1. Mira tú por donde aparece la" Farmacia de la calle de la Luna"....
    La verdad es que la recuerdo como era por dentro, y como olía,a una mezcla de antiséptico, alcohol y yo que sé...Me gustaba tanto como la de la Pza de S. Ildefonso, y mi recuerdo olfativo las identifica bien a las dos....
    Gracias por traerlas hasta aquí.
    Antoñito I El Maligno.

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  2. Gracias, Ángel y Antoñito I "El Maligno". Espero que vuestros recuerdos de esta farmacia sean más de comprar tiritas que de poneros inyecciones. Realmente es una tienda preciosa y sus dueños muy amables y cariñosos.
    Saludos.

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